Esta es una de las preguntas más clásicas del Marketing.
Para algunas personas, que ven en el Marketing el peligro del consumismo y la compra desenfrenada, la respuesta siempre será que el Marketing es el demonio personificado, utilizando a las personas para su beneficio.
Aquellos que estudiamos el Marketing y su beneficio para la sociedad, tenemos claro que el Marketing nunca ha creado necesidades, ya que estas son universalmente inherentes a todos los individuos. (Mas adelante, publicaré más sobre este tema, a través de revisar el modelo de Jerarquía de Necesidades de Maslow)
Lo que el Marketing hace es ayudar a satisfacer las necesidades que tenemos como individuos, y ofrecernos distintas maneras de satisfacerlas, dándonos entonces la opción de escoger diversas maneras de hacerlo, sin forzarnos a escoger una u otra. Si el Marketing es utilizado de manera ética, el consumidor sin duda se ve beneficiado por la posibilidad de conocer opciones distintas, y escoger de manera más amplia y «educada» entre un rango de alternativas.
Como consumidores, deberíamos incentivar la utilización de un Marketing responsable y ético, para así mantener abiertas las posibilidades de escoger entre amplias opciones, aquella manera que más nos acomoda de satisfacer nuestras necesidades. De otra manera, solo podremos escoger forzados, con una alta posibilidad de encontrarnos a corto plazo en un mundo de insatisfacción permanente, con productos y servicios que satisfacen pobremente nuestras ilimitadas necesidades.